sábado, 6 de febrero de 2021

6 de Febrero

 

8 de Febrero-1975

“Que el Dios de la paz… os ponga a punto en todo bien” (He 13, 20)

“Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco” (Mc 6, 30-34)

            ¡Qué ternura en estas palabras de Jesús! ¡Qué revelación del Dios de la paz en esta vida de hogar, de intimidad con los suyos, a solas, en la que ellos se desahogan con Él, contándole “todo lo que han hecho y enseñado” y Él los sonríe y los estimula a seguir trabajando por el Reino de Dios naciente en la tierra! ¡Oh vida dichosa con Jesús, tranquila, sin asechanzas de enemigos, sin críticas mordaces, al abrigo de interpretaciones torcidas, a solas con aquellos que le aman!

            ¡Qué momentos de calma y de descanso, en la intimidad amorosa de una dulce amistad!

          

¡Oh Jesús! ¡Cuántas veces necesitamos de estos momentos después de la lucha y de la inquietud, ante ojos hostiles y palabras hirientes! Tú sabes que sufrimos, que nos cercan a veces la incertidumbre y la oscuridad, que cae sobre nosotros como densa nube abrumadora la tristeza y el hastío de una vida sin ilusión, y tenemos que luchar por superarla. Tú tienes lástima de los que andan desalentados “como ovejas sin pastor” y los instruyes y ayudas. Por eso nos acogemos a Ti;  te necesitamos siempre, Pastor nuestro adorado, y solo tu sonrisa, tu mirada buena, tu compasión y tu cariño pueden sosegarnos y reparar nuestras fuerzas. No debemos temer aunque marchemos por cañadas oscuras, porque Tú vas con nosotras y nos conduces a la intimidad tranquila de tu amor, donde hallan reposo y sosiego nuestras almas.

            Háblanos con calma al corazón, porque tu Palabra cura y tu ejemplo vivifica. ¡Oh Pastor Divino! nos refugiamos en tus brazos, al abrigo de tu amor luminoso y siempre fiel! ¡Acógenos, Señor!

 


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