domingo, 10 de enero de 2021

10 de Enero

 

Año 1975


Renovación de un propósito.

            No pensaba ya escribir. Pero he experimentado que me distraigo mucho más en la oración, porque los libros no me dicen nada y no hallo materia que me llene. En vista de esto he repasado ante Jesús mis apuntes y veo que me va muy bien. Por eso he decidido escribir de nuevo, para evitar las distracciones y para que más adelante me sirvan mis apuntes para la oración.

            La materia de ésta, será ahora la sagrada Liturgia de la Misa. Solo en los libros Santos encuentra descanso mi alma.

            Proseguiré, pues, mi método de oración por escrito que consiste en anotar algunos pensamientos, en torno a los cuales gira toda mi hora de oración; se caldean mis afectos hasta las lágrimas y así permanezco unida a Jesús.

            ¡Oh Jesús! Todo es obra tuya. A Ti te dedico mis cuadernos en los cuales solo late tu Espíritu que es el que me mueve en estas preciosas horas pasadas a tu lado.

            Ni me importan que me los lean, pues a nadie pueden hacer ningún mal, y por otra parte tengo en cuenta aquel pensamiento magistral de San Juan Crisóstomo:

“Comunicarse mutuamente las cosas espirituales es señal de amor fraterno, de entrañable parentesco y de sincero afecto”.



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