jueves, 21 de enero de 2021

21 de Enero

 

23-1-1975

“Jesús puede salvar definitivamente a los que por medio de Él se acercan a Dios” (Hb 7, 25)

“Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no le fuera a estrujar el gentío” (Mc 3, 9)



          San Marcos, tan gráfico en su expresión refleja con pinceladas inigualables, la apoteosis a la que había llegado en Galilea el movimiento mesiánico: las muchedumbres le seguían incontenibles;… todos se le echaban encima para tocarlo… era estrujado por el gentío. Y Jesús repartía incansable el alimento de su Palabra y de sus beneficios a todos los que acudían a Él.

          


        ¡Oh Jesús! Lo que hiciste en la tierra durante tu vida mortal, lo sigues haciendo ahora desde el silencio de tu sagrario, ya que ante el trono de Dios sigues intercediendo por nosotros. Tú eres el que nos salvas y nos proteges constantemente. Tú eres nuestro Mediador único que siempre es escuchado. Yo me acojo a tu cuidado amoroso y a tu misericordia infinita. Quiero ser alimentada por Ti, porque sólo Tú saciarás mi hambre y sed de verdad, de bondad y de amor. Junto a Ti quiero vivir siempre para escucharte, para trasladar a mi vida tu ejemplo, contagiándome de tu finura y caridad para abrasarme en tu amor.

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