martes, 19 de enero de 2021

19 de Enero

 

21-1-1975

“La esperanza es para nosotros ancla segura y firme” (Heb 6, 20)

“El sábado se hizo para el hombre” (Mc 2, 28)



            Hoy debo de abrir mi corazón a la esperanza en un Dios bueno y justo, cuyo designio salvador se me revela, y cuya bondad y condescendencia se me manifiestan constantemente en las páginas de la Escritura Santa.

            Jesús es la suavidad y la bondad sin límites: nada de rigidez, de incomprensión, de autoritarismo. Él es Señor del sábado y obra con una libertad admirable: defiende a los suyos de las acusaciones farisaicas y enseña que antes que todas las leyes está la caridad.

            ¡Oh Jesús! Yo me refugio en Ti con esperanza tranquila y debo estar segura de que no te olvidas de tanto amor como he sembrado en mi camino. No importa que yo lo vea ahora todo perdido y deshecho, y que me abrume a veces el sufrimiento de nuestro destierro. Tú sabrás algún día reconstruir mi vida y me llenarás del gozo de poseerte a Ti mismo de una manera plena, que es lo único que podrá saciar mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario