lunes, 25 de enero de 2021

25 de Enero

 

25-1-1975

“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio… el que crea y se bautice se salvará” (Mc 16, 15)

“Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí”

(Gal 2, 20)

            Estas palabras de San Pablo son las que he querido hacer mías para hacer hoy mi oración.

   

San Pablo es un enamorado de Jesús, su teólogo más brillante. San Pablo es el hombre de la crecida esperanza, de la decisión y valentía en toda prueba, de corazón tierno y grande, reflejo de Cristo. Por eso le admiro y le quiero y hago mías todas sus palabras.

            “Vivo de la fe en el Hijo de Dios”. Ciertamente esa fe es la que dirige mi vida, ilumina mis noches y pone alegría en mi destierro. Esta fe en el Hijo de Dios es la que me salva: “el que crea… se salvará” porque el amor de Jesús todo lo puede y me ha amado hasta el extremo de “entregarse por mí”.     

            ¡Oh Jesús!  Me arrojo con ilimitada confianza en ese amor inmenso tuyo, me fío plenamente de Ti y quiero vivir de ese amor solamente. Creo en Ti, confío en Ti, te amor, porque el amor requiere en correspondencia, amor. Te amor porque Tú me has amado y te has entregado por mí, y yo quiero también entregarme por Ti a todos los sacrificios que exija la vida. Te amo con un amor que quisiera ser semejante al tuyo, generoso y magnánimo en extremo. ¡Gracias, Señor Jesús, por haberme amado así, para avivar mi fe y mi confianza, siempre tan débiles… Te amo y nunca te amaré bastante. Déjame pegar los labios a tu Corazón herido y así te agradezca y diga con besos, lo que con palabras no se puede decir…

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario