martes, 12 de enero de 2021

12 de Enero

 


Día 14-Enero-1975

“¿Qué es esto? Una enseñanza nueva llena de autoridad” (Mc 1, 27)

            Jesús es el Maestro único, y enseñar, uno de sus principales oficios. A eso ha venido, a enseñar a los hombres, sus hermanos el camino de la salvación.

Enseña “con autoridad” porque Él es la autoridad suprema, y el Legislador que explica lo legislado por sí mismo.

            ¡Qué alegría, Señor, poder aprender de tus labios la ciencia de la salvación! Tú que eres nuestro Hermano, nos enseñas con tu palabra y con tu ejemplo. Hermano nuestro en todo: en la carne, en el sufrimiento, en la gracia.

            Hermano en la carne, porque te hiciste hombre como nosotros; hermano en el sufrimiento porque has querido sufrir en tu vida los mayores dolores, y santificar así, por nosotros y para nosotros todo sufrimiento. Hermano en la gracia, porque nos has santificado con tu propia gracia. ¡La gracia! que es el mayor bien que nos has adquirido. Y esta es la Buena Noticia que has venido a darnos: que el Reino de Dios, tu Reino, está cerca, el reino de la alegría y del amor.

            Ahora sufrimos, como tú mismo sufriste en la tierra pero tu gracia nos conforta y nos asegura que un día cesará todo dolor y viviremos Contigo en eterna luz.

            ¡Oh Jesús, Hermano mío amadísimo! ¡Gracias! porque puedo llamarte así: ¡Hermano! ¡Vida mía! Ayúdame  poderosamente con tu gracia para que pueda resurgir cada día con viva fe, y seguir adelante en medio de mis sufrimientos. Me siento identificada Contigo en el destierro, en el silencio… te entrego mis lágrimas, sangre del corazón, que te habla de un amor inconmensurable.

            Líbrame de todo espíritu perturbador, de todo poder de las tinieblas, y deja mi vida limpia y clara, toda inundada de tu Espíritu de luz.

            ¡Oh Jesús! Tú eres mi signo orientador y la meta única de mis afanes. ¡Te miro, te busco, te amo!

 

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