domingo, 24 de enero de 2021

24 de Enero

 

  Llegó al lago: sus amigos

se encontraban laborando

en sus oficios de siempre;

echando la red, pescando.

   El lago estaba tranquilo

como un cristal reluciente

en cuyo suave oleaje

se viera el barco moviente.

   Allí estaban Pedro y Andrés

en su ruda embarcación;

y Juan, Santiago y su padre

no muy lejos, en acción.

   Jesús se acercó y les dijo:

-¡Venid, ya llegó la hora!

Seréis pescadores de hombres,

acompañándome ahora.

   Pedro y Andrés lo dejaron

todo en aquel mismo instante

y lo siguieron con gozo:

¡Jesús era fascinante!

   Y lo mismo Juan, Santiago,

dejaron con prontitud

a su padre, y le siguieron

con toda solicitud. 

 A encontrarse con los otros

fueron, en grupo animado.

Jesús les explica a todos

su proyecto ya ordenado:

   Tendrán que dejar su casa,

libres de todo cuidado.

-Sí, Maestro, lo aceptamos-

dijo Pedro decidido.

  Pero ¡ven!, que te conozcan

los familiares queridos,

y cenarás con nosotros,

con todos juntos reunidos.

   Así empieza la aventura

que cambiaría sus vidas

de un modo tan radical,

que no serán conocidas.

   La noche estaba apacible,

cuajado el cielo de estrellas;

estas nuevas aventuras

serán en extremo bellas.

 


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